Fuera o dentro
No sé si es costumbre en el resto de España pero en Canarias me encuentro muy a menudo a clientes cuyos perros viven fuera. Perros que no conviven dentro de la casa con la familia si no que viven en la azotea( aquí lo llaman solana), en el jardín o en la terraza.
Estos perros suelen tener problemas de comportamientos comunes derivados precisamente de esta falta de convivencia en familia y falta de estimulación sensorial.
Las mayoría de estos perros pasan toda su vida en la misma situación ya que cada vez que tienen la oportunidad de entrar en casa con la familia "la lían", por lo que vuelven a relegarlos a un lugar donde no puedan causar destrozos ni molestias.
Es absolutamente imposible que un perro sepa comportarse en un entorno familiar y casero si no le enseñamos las normas básicas de la convivencia y le damos tiempo suficiente para adaptarse a ese entorno.
Estampa típica: cachorro (o perro adoptado) recién llegado a casa,lo llevamos a la azotea para que no se haga pis y caca en casa, no muerda los muebles y no nos persiga para jugar a mordernos, no nos robe la comida de la mesa, etc. El tiempo pasa rápidamente y el cachorro entra en la adolescencia sin haber tenido una correcta socialización con personas, perros,etc. Sin haber aprendido las normas básicas de convivencia en familia. Muchos de ellos ni siquiera han salido de paseo a la calle en todo este tiempo porque total " la azotea (jardín, solana, terraza) es súper grande". Meter a ese perro adolescente dentro de casa es prácticamente una locura, su nivel de actividad y su falta de socialización y educación le hacen ser una bomba. Sería un milagro que este perro se comportase educadamente dentro de la casa, nadie le ha enseñado a hacerlo.
Llegará a adulto y seguirá viviendo en el jardín, probablemente en algún momento se le habrá trasladado a algún lugar de la casa donde ni siquiera tenga contacto con los miembros de la familia porque cada vez que intenta "jugar" con él hay un problema, nos muerde, salta sobre nosotros o simplemente es "muy bruto". Ya no hay problema, solo la persona que le dé de comer
( y con un poco de suerte le limpie) será la que interactue con este animal por lo que el resto de la familia se habrá olvidado de que tiene un perro. En el peor de los casos le llevarán a la perrera donde le sacrificarán si no es adoptado en 21 días. Sin darnos cuenta firmamos su sentencia de muerte al no dejarle entrar en casa.
Hay solución, por supuesto que la hay. Los perros son animales sociales, les gusta , de hecho NECESITAN, estar con nosotros en la casa , pueden y quieren aprender como hacerlo de manera armónica.
Nunca es tarde, si se nos ha pasado la etapa de cachorro lo podremos hacer en la adolescencia y si el perro ya es adulto TAMBIÉN puede reintegrarse a la vida en familia.
Para enseñar a un perro a comportarse de manera adecuada dentro de casa tenemos que hacerlo de manera gradual.
La clave del éxito es la supervisión , enseñarle los comportamientos que son aceptados dentro de la casa y evitar e interrumpir aquellos que no nos gusten.
Es muy importante que busquemos el momento apropiado para comenzar a reintroducirlo en el interior de la casa. Podemos hacerlo después de un paseo, a la hora de la siesta o en cualquier momento que veamos que nuestro perro se encuentra tranquilo y relajado. Evitaremos los
momentos de máxima excitación que suelen coincidir con nuestra llegada o salida de casa, el amanecer y el anochecer.
Comenzaremos por ponerle el arnés y la correa (doy por hecho que el perro está habituado a estos materiales, si no es así le habituaremos con comida para que los acepte con agrado) y le ayudaremos a relajarse un poco haciendo una siembra de comida por el jardín o con una buena sesión de masaje. Cuando el perro esté relajado entraremos en la casa.
Utilizamos un arnés cómodo en vez de collar porque queremos evitar dañar su cuello, traquea o tiroides si se llevará algún tirón de la correa accidentalmente.
Vamos a meterle dentro de casa con correa, esto puede resultarte extraño pero es la mejor manera de tener controlada la situación en las primeras ocasiones. Lo más probable es que se muestre muy excitado por la situación por lo que querrá corretear por todos los lados, subirse al sofá, las sillas, la encimera de la cocina, etc y es más difícil que esto ocurra si va cogido de la correa.
El primer día vamos simplemente a por pasear por la casa con la correa, premiaremos a nuestro perro si lo hace de manera tranquila y relajada. Pero ¿como conseguimos que sea de manera tranquila y relajada? Lo ideal es que llevemos una riñonera con premios de comida y que vayamos dándole premios(en la boca o poniéndolos en el suelo, no tirándoselos) a nuestro perro si no está haciendo nada "malo". Es decir, está a nuestro lado, premio, camina un paso, premio, olisquea el sofá, premio, da otro paso, premio. Poco a poco podremos espaciar la entrega de premios pero al principio se hace casi de manera continua.
Debemos evitar los castigos, los tirones de correa, los "NO" " SH SHHH" o "quieto quieto para para para", etc
Vamos a darle un poco de tiempo y espacio para reconocer el entorno y después salimos al jardín. En el jardín estaremos un rato también con él paseando tranquilos y después le dejaremos con un juguete para mordisquear o un hueso.
El segundo día repetiremos el proceso y si el paseo dentro de casa está siendo suficientemente tranquilo podemos probar a sentarnos en el sofá (con el perro de la correa). Le premiaremos si mantiene las cuatro patas en el suelo, es decir, fuera del sofá. Como el día anterior la entrega de premios será casi constante mientras esté ofreciéndonos un comportamiento que nos guste.
Podemos manejar un poco el entorno y ponérselo más fácil si retiramos aquel mobiliario u objetos que sean más valiosos o fáciles de romper o demasiado "tentadores" para nuestro perro. Redecoraremos el salón "a prueba de perros".
Volveremos al jardín , un rato de interacción y le dejaremos entretenido con un hueso o juguete interactivo.
El tercer día, paseo por la casa y nos sentamos en el sofá(silla del comedor, en la cama,etc) y esperamos a que el perro se siente o tumbe a nuestro lado y premiaremos este comportamiento de calma (la forma de premiar debe de ser también lenta y calmada, es decir, le daremos los premios en la boca o se los pondremos en el suelo, pero no los tiraremos para no excitarle y hace que se levantarte a coger la comida).
Podemos ofrecer un hueso para mordisquear para que permanezca un rato en esta posición relajado. Antes de que se acabe el hueso y se levante, volveremos al jardín. Allí le tiraremos unos cuantos premios en forma de "siembra" para que tenga que olisquear para encontrarlos ( y no asocie la llegada al jardín con la sensación de abandono).
El cuarto día vamos a preparar un trabajo de olfateo dentro de casa, un "rastro": deja unos cuantos premios de comida distribuidos por el salón o la habitación donde vayas a trabajar. Acuérdate de poner algunos también en zonas altas (como sillas, sofás, estanterías,etc) . acompaña con la correa mientras los busca, premia de manera calmada cuando los vaya encontrando. Cuando acabéis el ejercicio siéntate en el sofá y espera a que te ofrezca un comportamiento calmado para reforzarle (también puedes hacerlo con caricias o masajes).
NO le mires, no le pidas que se tumbe, no hagas nada, simplemente siéntate y espera.
Es muy probable que el perro a estás alturas ya vaya entendiendo que los comportamientos calmados son los que reciben respuesta positiva por nuestra parte y por el momento estamos evitando que se comporte de cualquier otra manera al tenerle controlado con la correa.
Ahora vamos a enseñarle el interruptor positivo, que será nuestra manera de decirle, eso que estás haciendo no me gusta, prefiero que pares, me prestes atención y hagas otra cosa.
También le enseñaremos que significa "DEJA" y "SUELTA" ya que podremos necesitarlos para evitar accidentes de comportamiento en casa.
Busca en nuestra revista cómo hacerlo.
Debemos trabajar en estos días las normas de convivencia dentro de casa. Si queremos que se siente o se tumbe tranquilo mientras nosotros comemos tendremos que enseñárselo. Es imposible que pueda leernos los pensamientos o adivine por si mismo lo que esperamos de él si no se lo hemos explicado antes. Sobre estos ejercicios de control también hemos hablado en esta revista.
Básicamente: REFUERZA lo que te gusta, evita, interrumpe y reconduce aquello que te molesta.
No dejaremos a nuestro perro suelto por la casa sin control en ningún momento durante este proceso de entrenamiento, primero tenemos que asegurarnos que nuestro perro comprenda estos interruptores positivos y estos ejercicios de control y que haya recibido un buen porcentaje de refuerzos positivos por aquellos comportamientos que si queremos que se repitan, es decir, todos aquellos que son aceptables dentro de la convivencia dentro de casa.
La idea general es, cuando hace algo bien le premiamos, vamos a enseñarles cuales son esos comportamientos que nos gustan y a reforzarlos. Vamos a evitar que haga algo que no nos gusta al principio con el control de la correa y después enseñando la manera de interrumpir un comportamiento indeseado de manera inmediata sin utilizar la amenaza ni física ni verbal.
No necesitamos el castigo en ningún momento de este proceso de enseñanza. El castigo no le va a ayudar a entender lo que queremos de él y si que va a aumentar su nivel de ansiedad y por tanto su excitación y probabilidad de ofrecer comportamientos indeseados.
Seguiremos repitiendo a diario estos ejercicios y aumentaremos el tiempo que nuestro perro pasa dentro de casa, podremos ir alargando nuestra correa hasta llegar a soltarla según vayamos viendo como nuestro perro se siente más tranquilo y relajado.
No dejaremos a nuestro perro suelto sin supervisión en ningún momento durante este proceso de enseñanza para evitar los accidentes indeseados.
También puedes enseñarle a estar dentro de su jaula(traspontín) dentro de casa y que ese sea su sitio de descanso elegido y preferido por él. Nunca utilizaremos la jaula como lugar de confinamiento obligado o como castigo. Jamás. La jaula debe ser su "lugar seguro", donde descansar, donde retirarse, donde estar tranquilo. A la mayoría de los perros les encanta estar en sus jaulas si tienes la oportunidad de verlas de esta manera. En este enlace podrás ver como habituarle a la jaula.
Lo ideal es que tenga una cama suficientemente grande y cómoda y le enseñemos a descansar allí ¿como?, nuevamente, premiando cuando se tumbe allí de manera tranquila.A mi me gusta utilizar la esencia de lavanda en sus sitios de descanso, parece que les ayuda identificar este olor y les relaja.
No podemos forzar esta situación, a un perro no puedes obligarle a tumbarse y estar tranquilo. Tienes que enseñarle y tienes que ayudarle a sentirse cómodo y confiado en tu presencia, este es otro de los motivos por los que evitaremos los castigos en este proceso.
Iremos aumentando el tiempo que pasa nuestro perro dentro de casa bajo supervisión y TODOS los días dedicaremos un rato a estos estos ejercicios.
Ayudaremos muchísimo a nuestro perro en este proceso si durante este tiempo nosotros también permanecemos tranquilos y evitamos enfadarnos sea cual sea su comportamiento.
Es evidente que este trabajo por si solo no nos podrá dar resultado si nuestro perro tiene un problema de estrés. Si este es tu caso te recomiendo busques nuestras lecturas sobre los protocolos de ayuda para la reducción de estrés.
Espero que estos consejos te ayuden a disfrutar más de tu perro y que pueda volver a ser parte de la familia y vivir con vosotros DENTRO.
Virginia Gallego
